lunes, 22 de mayo de 2017

La crisis del Presidente Kirkman


Que 'Designated Survivor' ha sido uno de los mejores estrenos de la temporada está claro. Que a nivel de audiencia ha funcionado, también (1.25 en demos con casi 6 millones de espectadores de media). Pocas cosas negativas puedo decir sobre el thriller político que ha supuesto el bautismo televisivo de David Guggenheim (guionista de películas como 'El invitado' o 'Contrarreloj') y que la cadena ABC estrenó en septiembre trayendo de vuelta a la televisión Kiefer Sutherland después de volver a ponerse en la piel de Jack Bauer en 2014 ('24: vive otro día').

Aunque 21 episodios ("divididos" en dos partes: Peter MacLeish/Nestor Lozano y Nestor Lozano/Patrick Lloyd) siguen siendo demasiados, a 'Designated Survivor' no le han sentado del todo mal, pues a diferencia de otras series con conspiración y política (como es el caso de 'Quantico', con cuya segunda temporada tiene bastantes aspectos en común), ha sabido sacar partido a todos y cada uno de ellos (y se deshizo de aquello que era un lastre, como los dramas de la familia Kirkman). Y es que, a pesar de ser un procedimental, lo cierto es que ha tenido mayor relevancia la trama serializada que los casos capitulares. De hecho, los episodios en los que se ha dejado a un lado la conspiración han sido los más flojos, siendo ése su punto débil (algo en lo que 'Madam Secretary' le saca muchísima ventaja).

Cuando eres un villano de nariz sexy
Descubrir la identidad del responsable tras el ataque que llevó a Tom Kirkman a pasar de sucesor designado a nuevo Presidente de los EEUU (el más humano, como demuestra tapando con una manta a su Secretario de Prensa en el Air Force One, y el menos político de la historia) ha sido el objetivo de esta primera temporada, que supo, especialmente en los primeros episodios, atrapar al espectador con cliffhangers que le dejaban con ganas de más. Y la trama se ha ido desarrollando y creciendo (e implicando a cuantos más personajes mejor) hasta ser casi resuelta en la season finale. Porque sí, uno se queda satisfecho con el recorrido y con el resultado final, y el "lo que vendrá en el futuro" es suficientemente interesante como para asegurarse de que los fans regresaremos cuando la serie estrene su segunda temporada. Vale, sí, 'Designated Survivor' se ha pasado, por momentos, de ser la más patriótica y más americana de las series; sí, también se ha pasado en intensidad en alguno de sus diálogos ("Hoy todos somos norteamericanos", "No viviremos con miedo"); sí, Rob Morrow es insoportable; sí, Kiefer Sutherland está fatal operado; y sí, la voz de Kal Penn es casi tan irritante como él. Pero quiero más.

A partir de aquí spoilers de 'Designated Survivor'.

Cuando juegas a ser el mejor POTUS de la historia
Hannah Wells es la Alex Parrish de 'Designated Survivor' (ojalá crucen sus caminos en algún momento). Ella, prácticamente sola, ha resuelto la crisis a la que se ha enfrentado Kirkman como Presidente, y ha sido la que ha visto morir a casi todos los personajes (a excepción de Jason, su maestro). Lloyd (el Donald Trump de 'Designated Survivor') se les ha escapado, y ahora que tiene en su poder "cualquier aspecto de la estructura defensiva del país", se ha convertido en el enemigo público del planeta. Ahí es nada. La segunda temporada le tendrá como némesis oficial desde el primer capítulo y hasta que den con él. 

En otoño 'Designated Survivor' regresará con su segunda temporada y persiguiendo a Patrick Lloyd. ¿Veremos de nuevo a Hookstraten? ¿Habrá algún otro enemigo en la Casa Blanca?

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