martes, 22 de enero de 2013

El sheriff de Banshee


Cinemax, cadena de cable premium que pertenece a la HBO, y responsable de la emisión en USA de series británicas como "Hunted" o "Strike Back", estrenó hace 2 semanas "Banshee", su nueva serie para la noche de los viernes. Creada por David Schickler y Jonathan Tropper (es la primera serie para ambos), este nuevo drama tiene como "executive producer" a Alan Ball, principal reclamo de la serie.

Un recluso sale de prisión. No lleva bolsa de ropa. Nada. Nadie le espera. Camina por las vías del tren. Llega a un pueblo. Entra en el bar. Pide una cerveza. La camarera le mira. Se la tira. Roba un coche. Y llega a Nueva York. Entra en una peluquería. Un asiático llamado Job al más puro estilo Lafayette ("True Blood") le recibe sin ningún tipo de ilusión. El extraño cuyo nombre desconocemos le pide una dirección. A regañadientes Job se la da: "Tienes el mundo entero delante de ti y vas al único sitio al que no deberías ir en absoluto". Vuelve a "su" coche y descubre que le siguen. Comienza una impresionante persecución por las calles de Nueva York. Nuestro desconocido consigue escapar. Así comienza "Banshee".

A partir de aquí, spoilers sobre los dos primeros episodios.


Dos capítulos ha emitido ya Cinemax y seguimos sin conocer la verdadera identidad de su protagonista (Antony Starr, un atractivo neocelandés que llega a USA después de triunfar en la televisión de su país). Banshee es el nombre del pueblo de Pennsylvania al que el personaje interpretado por Starr llega para reecontrarse con su pasado. Su pasado tiene forma de mujer, pero no es la misma a la que dijo adiós hace 15 años (los mismos que ha pasado en prisión). De hecho, ya no se llama Ann, ahora es Carrie (Ivana Milicevic, a la que todos recordamos como una de las americanas que dan la bienvenida a Colin en su llegada a EEUU en "Love Actually"), está casada con el Fiscal (Rus Blackwell) y tiene dos hijos (Ryann Shane y Gabriel Suttle). Nuestro protagonista anónimo quiere recuperar a la que fue su chica y con ella el dinero por el que ingresó en prisión. Ahora ya sabemos qué ocurrió: ambos trabajaban como ladrones para Mr. Rabbit (Ben Cross), hasta que decidieron dejar de arriesgar sus vidas robando para él y arriesgarlas para robarle a él unos diamantes valorados en 10 millones de $. La jugada no les salió bien, por lo que Anónimo se entregó prácticamente a la policía para salvarle a ella. La historia es que ahora él ha llegado al pueblo y se ha convertido en el nuevo sheriff (después de protagonizar una violenta pelea con tenedores, botes de ketpchup y pistolas incluidas) al morir el que iba a ocupar el puesto. No hay mayores problemas: nadie le conocía físicamente y en cuanto a papelo y demás documentación, el nuevo Lucas Hood (ya tiene nombre nuestro Anónimo) cuenta con la ayuda de Job (Hoon Lee), que además de peluquero es un genio de la informática.

Toma posesión en su cargo y conoce a las figuras más importantes del pueblo: el jovencísimo Alcalde, el líder de los negocios turbios Kai Proctor (Ulrich Thomsen) que es un personaje bien chungo (hijo de amish, con un Cristo crucificado en la espalda, con un fetiche amish y amante de la tortura), el jefe del bar (Frankie Faison) con el que entabla amistad o los miembros del cuerpo de policía (Matt Servitto, Trieste Kelly Dunn y Demetrius Grosse) que desconfían (con razón) de su nuevo jefe, su incapacidad para ejercer de sheriff y sus curiosos métodos de trabajo. Todo bañado con escenas de sexo (¿antes de recuperar a Carrie se tirará Hood a todas las mujeres del pueblo?) y violencia como si de la propia HBO se tratase.


¿Puntos a favor? La escena de la persecución que hemos visto en el Piloto; la violencia que desprenden algunos de su personajes (la pelea en el bar o el momento motosierra de Proctor); las tramas (la relación entre Carrie y Hood, la más que posible relación de confianza entre Deva, la hija de Carrie y Hood, la venganza de Mr. Rabbit a través del sicario del tatuaje de la araña, las apariciones de Job, el enfrentamiento que va a ocurrir, en cualquier momento, entre Hood y Proctor, o cómo, poco a poco, el marido de Carrie va a ir descubriendo al pasado de su mujer). Todo. La verdad es que todo lo que nos ha enseñado la serie me gusta. Incluso el protagonista, que sufre del síndrome Stephen Amell (100 de físico pero 0 de expresividad), me convence. Aún tenemos muchos estrenos de midseason a los que hincarles el diente, pero "Banshee" tiene muchos puntos para estar entre los mejores.

1 comentario:

satrian dijo...

Aun tengo que ver el segundo, pero el primero me gustó, mucho cine negro y violencia.